Urbanismo social

Como diseñador urbano, el arquitecto se ve a si mismo como el hombre que dicta el diseño del entorno en su totalidad. Tal megalomanía se basa en imponer al grupo social todo, los dictados de orden del urbanista. El presidente del Instituto de Arquitectos Americanos, J. Blesing, decía al principio de la década de los años sesenta del siglo XX:
“Todo el rededor producido por la arquitectura dentro de los próximos 40 años puede llegar a ser más importante que la Edad de Oro de Grecia, superar la gloria de Roma y brillar por encima del Renacimiento. Ese objetivo será posible con tal de que el arquitecto asuma otra vez su papel histórico como Constructor en Jefe. En ese papel, tiene que retener el control básico, no sólo de la edificación aislada, sino de todo el diseño relativo al rededor creado por el hombre.”

Por esos mismos años 60’s, la Internacional Situacionista, un movimiento de inspiración libertaria, realizaba la crítica del urbanismo capitalista, al señalar que el capitalismo moderno hace renunciar a toda crítica por el chantaje de que “hace falta un techo”, lo mismo que pasa con la televisión con el pretexto de que la “información y la diversión son igualmente necesarias”. Todo lo que conduzca a olvidar la evidencia de que; esta “información-diversión” y este modo de “alojamiento” no están hechos por las gentes, por el contrario; se hacen sin ellos, contra ellos, es parte del papel del arquitecto y el urbanista.
De tal manera que el urbanismo bastará para mantener este orden social, sin tener que recurrir a la falta de deli-cadeza de las ametralladoras. El urbanismo es entonces, la realización concreta de los sueños de orden de los poderosos, y complementariamente una pesadilla en la vida cotidiana de los individuos.

En contraposición, el urbanismo social identifica como sus fundamentos: Salud para el cuerpo; libertad para el espíritu; armonía con el medio, tales han sido a lo largo de la historia, los criterios básicos en la tradición de la construcción por las diferentes culturas del mundo.
Pero en los dos últimos siglos la cultura occidental ha vuelto la espalda a estas tradiciones como resultado de la revolución industrial y la expansión urbana bajo los auspicios del capitalismo. De tal forma que lo natural en la arquitectura de hoy, es el ser artificial; al grado que la salud, libertad y armonía de otros tiempos se han transformado en; explotación, dominación y jerarquía.

Nuestros ancestros lo sabían mejor que nosotros. Hacer el mundo habitable era la relación natural en la ocupación social del territorio. La carta del jefe Piel Roja de Seattle al presidente de los Estados Unidos en 1854 nos lo recuerda: "la tierra no pertenece al hombre, el hombre pertenece a la tierra".

 

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No existe un lugar tranquilo en las ciudades del hombre blanco, ni hay sitio donde escuchar como se abren las hojas de los árboles en primavera o como aletean los insectos. El ruido sólo parece insultar nuestros oídos, y después de todo ¿Para qué sirve la vida si el hombre no puede escuchar el grito solitario del lobo, ni las discusiones nocturnas de las ranas al borde de un estanque.
Soy un piel roja y nada entiendo. Nosotros preferimos el suave susurro del viento sobre la superficie del estanque, así como el olor de ese mismo viento purificado por la lluvia del medio día o perfumado con aroma de pinos.

Convivialidad [Jefe Seattle]

El aire tiene un valor inestimable para el piel roja ya que todos los seres comparten un mismo aliento -la bestia, el árbol,el hombre, todos respiramos el mismo aire. El hombre blanco no parece consciente del aire que respira; como un moribundo que agoniza durante muchos días es insensible al hedor... Deben recordar que el aire no es inestimable, que el aire comparte su espíritu con la vida que sostiene el viento que dio a nuestros abuelos el primer soplo de vida, también recibe sus últimos suspiros.
Por ello consideramos su oferta de comprar nuestra tierra y decidimos no aceptarla, pues el hombre blanco debería tratar a los animales de esta tierra como a sus hermanos.
Soy un salvaje y no comprendo otro modo de vida. He visto a miles de búfalos pudriéndose en la praderas, muertos a tiros por el hombre blanco desde un tren en marcha. Soy un salvaje y no comprendo como una máquina humeante puede importar más que el búfalo, al que nosotros matamos sólo para sobrevivir.
¿Qué sería del hombre sin los animales si todos fueran exterminados, el hombre también moriría de una gran soledad espiritual, por que lo que le suceda a los animales también le sucederá al hombre.
Todo va enlazado.
Deben enseñarle a sus hijos que el suelo que pisan son las cenizas de nuestros abuelos, inculquen a sus hijos que la tierra está enriquecida con la vida de nuestros semejantes a fin de que sepan respetarla. Enseñen a sus hijos que nosotros hemos enseñado a los nuestros que la tierra es nuestra madre. Todo lo que le ocurra a la tierra les ocurrirá a los hijos de la tierra. Si los hombres escupen en el suelo, se escupen a si mismos.



  • La solidaridad y el apoyo mutuo son los ingredientes básicos del urbanismo social.
  • La ecología política es uno de los antídotos necesarios contra el capital inmobiliario.
  • La tierra, el agua, el aire y el sol son bienes inalienables de las comunidades humanas.
  • Sólo en ámbitos de comunidad conviviales florece la libertad.
  • En Matemágica buscamos construir ámbitos de comunidad conviviales, lo que sólo se logra coordinándonos de abajo para arriba. En sentido contrario es imposible.

"Esto sabemos; la tierra no pertenece al hombre, el hombre pertenece a la tierra. Esto sabemos todo va enlazado, como la sangre que une a una familia, todo va enlazado.”